Las contracturas musculares pueden resultar incómodas, pero por lo general no representan una lesión grave para el cuerpo. Se producen cuando un músculo o las fibras que lo componen se contraen de manera continuada e involuntaria, alterando su funcionamiento.

A veces, se reconocen con facilidad debido a la presencia de un bulto endurecido y doloroso debajo de la piel, que se siente como un «nudo». En ocasiones, el dolor puede irradiarse hacia otras áreas del cuerpo, provocar hormigueos, mareos o dolores de cabeza. 

Sin embargo, algunas contracturas pueden ser casi imperceptibles, sin manifestar dolor o molestia, y persistir en el cuerpo durante años, por eso es bueno entender qué son y cómo actuar cuando se detectan.

La contracción muscular es un fenómeno natural que ocurre en nuestro cuerpo, ya que los músculos se tensan o estiran para realizar movimientos o aplicar fuerza. Por lo general, implica una contracción involuntaria y prolongada del músculo.

Las contracturas suelen presentarse con mayor frecuencia en los músculos estáticos. Estos son los encargados de mantener nuestra postura tanto en reposo como durante el movimiento. 

¿QUE ES CON EXACTITUD UNA CONTRACTURA MUSCULAR?

Una contractura muscular es una contracción continua e involuntaria del músculo o de alguna de sus fibras, lo cual provoca que el músculo se mantenga tenso, esta lesión es bastante común. De hecho, no solo se presenta entre los deportistas, pero sí puede limitar la capacidad de realizar movimientos. 

Por lo tanto, es importante saber cómo identificar las contracturas musculares, diferenciarlas de otras lesiones y buscar soluciones adecuadas. Las contracturas musculares pueden clasificarse según su origen:

• Durante el esfuerzo

Durante la práctica de ejercicio físico, el cuerpo metaboliza sustancias activas y genera movimiento, que después se convierten en sustancias de desecho o inactivas (metabolitos). Si el esfuerzo es excesivo, ya sea debido a su intensidad o a la falta de entrenamiento, el organismo no logra eliminar los metabolitos del torrente sanguíneo, y es allí cuando se puede producir dolor e inflamación.

• Posterior al esfuerzo

El músculo no logra regresar a su estado de reposo después de un ejercicio intenso. En ocasiones y después de un esfuerzo físico considerable, el músculo no consigue relajarse por completo.

• Residuales

Cuando hay una lesión grave, los músculos circundantes tienden a contraerse como medida de protección. 

¿SE PUEDE PREVENIR UNA CONTRACTURA MUSCULAR?

Siempre es recomendable tomar medidas para prevenir las contracturas musculares. Esto incluye realizar un buen calentamiento antes de la actividad física. También programar de manera progresiva la intensidad del ejercicio, comenzando con menos esfuerzo y aumentando poco a poco.

Además, trabajar la flexibilidad puede ayudar a prevenir las contracturas. La flexibilidad mejora la capacidad de estiramiento y la recuperación muscular después del ejercicio.

Otros consejos útiles:

• Evitar movimientos repetitivos: si no es posible evitarlos debido al trabajo u otras circunstancias, se recomienda tomar pausas cada dos horas. Estas pausas son para estirar durante cinco minutos la zona más afectada.
• Mantener una postura adecuada y utilizar un equipamiento de trabajo adecuado, como una silla ergonómica o un colchón de calidad.
• Mantener una buena higiene muscular: Realizar masajes o aplicar calor puede ser beneficioso para los músculos. Ayudará a curar lesiones y prevenir su aparición.

SINTOMAS Y CAUSAS DE LA CONTRACTURA MUSCULAR

Por lo general, el músculo se contrae y se relaja, pero en casos específicos, el músculo no logra relajarse y permanece contraído e hinchado al tacto. Los síntomas más comunes de una contractura muscular incluyen:

• Dolor y rigidez en los músculos y articulaciones.
• Movimientos limitados.
• Debilidad muscular.
• Restricción en el uso de la zona afectada.
• Es importante tener en cuenta que una contractura muscular implica una contracción involuntaria continua del músculo o de algunas de sus fibras.

CAUSAS DE LAS CONTRACTURAS MUSCULARES

Las contracturas musculares suelen presentarse en el momento en que el músculo realiza una actividad inapropiada relacionada con la función o la intensidad. Algunas de las principales causas incluyen:

• Exposición al frío: la falta de un calentamiento adecuado antes de la actividad física en ambientes fríos puede generar una contractura muscular.
• Sobre esfuerzo: realizar una intensidad repentina o prolongada sin descanso, levantar pesos excesivos o mantener posturas inadecuadas durante mucho tiempo.
• Estrés emocional: la tensión acumulada debido al estrés emocional puede contribuir al desarrollo de contracturas musculares.
• Deshidratación: la falta de agua y otros elementos como el magnesio, la glucosa o el potasio, aumenta las probabilidades de sufrir una contractura.
• Edad avanzada: las personas mayores tienden a perder elasticidad muscular y son más propensas a sufrir contracturas.

La contractura muscular suele ser una lesión leve pero molesta que puede empeorar si no se trata de forma adecuada. Si ya la has identificado y los tratamientos básicos no dan resultados, contáctanos para que un fisioterapeuta experto te diagnostique y trate de manera correcta.